Crítica: ‘En la saga Crepúsculo destacaría el triunfo del mal y de la belleza’

El docente y crítico de cine, Juan Pablo Castro, habla de las características de esta saga, de la que el viernes se estrenó su cuarta parte, ‘Amanecer’

La crítica especializada ha dicho que la saga ‘Crepúsculo’ es deficiente en su narrativa, ¿cómo un filme con esta característica logra alcanzar esas altas recaudaciones en la taquilla en todas partes en las que se proyecta?

En la industria del cine, en general en la industria del arte, no necesariamente lo que tiene buena calidad logra éxito. En el caso de las películas de esta nueva ola de vampiros, monstruos... -que tienen como escenario la noche-prima, en el caso de ‘Crepúsculo’, concretamente, no es la calidad artística, ni siquiera la calidad narrativa, tampoco la calidad dramática como tal, sino un elemento o algunos entre los cuales destacaría el triunfo del mal y la belleza. Es decir, antes, cuando veíamos historias de vampiros o de monstruos, estos representaban la maldad y al mismo tiempo la fealdad. Mientras que esta especie de antihéroes modernos juntan la belleza del mal.

Es decir, rompieron el paradigma...

Este es un matrimonio completamente seductor. Los jóvenes espectadores, que son los que llenan las salas de cines, se identifican con ese lado de la maldad que en todos los seres humanos habita, pero reivindicada en la belleza y en la juventud. De tal suerte que, en última instancia, aunque haya sangre, muerte u horror, este lado oscuro de la humanidad, de perversidad, aparece subliminado en la belleza, en la juventud, que además es eterna.

¿El amor es otro gancho que arrastrará a los más jóvenes a las salas de cine?

Sí, porque hay que pensar que en la industria de Hollywood todo está concreto y ‘craneado’ de tal manera que el objetivo se cumpla, a ellos no les interesa... tienen otros cineastas que les interesa el arte, como David Lynch. Saben lo que están haciendo. Entonces crean héroes jóvenes y guapos; utilizan el argumento fundamental del amor, que es arquetípico a toda la condición humana. La idea de la felicidad y de la imposibilidad del amor, que además vienen desde siempre.

¿Marcan paradigmas a la sociedad, de relaciones, de convivencia y de personajes?

Sí, por supuesto, pero eso no es una condición de esta saga en particular. Cuando se creó la industria se sabía que el cine iba a crear modelos de comportamiento. En los modelos actuales, como ‘Crepúsculo’, y en general la industria de lo vampirezco, que está en el cine, en la televisión, en los libros... crean estereotipos de seres bellos, que están en el mal y que, en última instancia son superficiales. Son personajes mucho más planos y predecibles.

¿Ser de culto podría ser el destino de esta saga?

No necesariamente, aunque es complicado predecir a futuro. Estos directores, que están a cargo de esta saga, son profesionales que salen de la industria y que se van reciclando; no creo que tengan conciencia de lo que están haciendo desde el punto de vista artístico. Lo hacen desde el punto de vista industrial. Entonces, no creería que se conviertan en directores de culto y ni marcar una escuela cinematográfica.

¿...porque no tienen una construcción narrativa adecuada en sus producciones?

Más que eso porque no tienen conciencia de lo que es el arte. Si pensamos en las versiones de Drácula que hizo Francis Ford Coppola, con un Drácula completamente estetizado, un galán seductor que anda por las calles conquistando a las futuras víctimas. Ahí hay una conciencia estética y una voluntad de narrar eso. Estos cineastas, que pertenecen a la industria y que son grandes producciones industriales, lo hacen de una manera profesional, son de alto costo con toda la producción del caso, pero siento que no hay una voluntad artística.

¿Siguen siendo enlatados?

Enlatados y seriales, porque empiezan en uno y pueden hasta pasar a la televisión y convertirse en series debido a su éxito. No son esas sagas que se conciben en tres; no son unidades narrativas.

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